Armas Mapuches
Cuando los españoles llegaron a Chile se encontraron con un pueblo al sur del Itata al que llamaron araucanos. Para ellos, la guerra era la principal tarea masculina. Las mujeres realizaban las labores domésticas, se preocupaban de los cultivos y tejían.
Si debían enfrentarse a un enemigo, solían agruparse eligiendo a un jefe que los guiase y comandara, el toqui, quien mantenía ese cargo hasta que se lograba la victoria o se acordaba la paz. Peleaban con gran ardor, lanzando gritos e insultos al enemigo. Solían vocear sus nombres indicando al mismo tiempo las hazañas que les habían dado la fama. A los vencidos, en ocasiones, se les aplicaba una muerte ritual; a los buenos guerreros se les sacaba el corazón y lo comían en pedazos pequeños, en ceremonias religiosas. La paz se celebraba en una reunión donde, tras largos discursos, los bandos enterraban sus armas y plantaban un canelo.
Sus únicas instituciones de carácter público fueron las asambleas militares. Éstas tenían lugar siempre que se trataba de emprender una guerra; su convocatoria correspondía al lonko dentro de cada caserío. Pero si la cuestión involucraba a muchos caseríos, cualquiera de sus caudillos podía convocarlos a todos.
Primero reunía a los suyos y si decidían la guerra enviaban un emisario a los caseríos cercanos provisto de una flecha ensangrentada, que era entregada al lonko más próximo, quien, a su vez, la hacía correr hasta completar el círculo de los llamados a una asamblea general para decidir el asunto.
Si debían enfrentarse a un enemigo, solían agruparse eligiendo a un jefe que los guiase y comandara, el toqui, quien mantenía ese cargo hasta que se lograba la victoria o se acordaba la paz. Peleaban con gran ardor, lanzando gritos e insultos al enemigo. Solían vocear sus nombres indicando al mismo tiempo las hazañas que les habían dado la fama. A los vencidos, en ocasiones, se les aplicaba una muerte ritual; a los buenos guerreros se les sacaba el corazón y lo comían en pedazos pequeños, en ceremonias religiosas. La paz se celebraba en una reunión donde, tras largos discursos, los bandos enterraban sus armas y plantaban un canelo.
Sus únicas instituciones de carácter público fueron las asambleas militares. Éstas tenían lugar siempre que se trataba de emprender una guerra; su convocatoria correspondía al lonko dentro de cada caserío. Pero si la cuestión involucraba a muchos caseríos, cualquiera de sus caudillos podía convocarlos a todos.
Primero reunía a los suyos y si decidían la guerra enviaban un emisario a los caseríos cercanos provisto de una flecha ensangrentada, que era entregada al lonko más próximo, quien, a su vez, la hacía correr hasta completar el círculo de los llamados a una asamblea general para decidir el asunto.
Joyas Mapuches
La joyería mapuche, hecha
mayoritariamente en plata,
simboliza el gran trabajo
realizado por este pueblo en el metal,
además del gran poderío
económico y político en los
siglos XVIII Y XIX.
Para los mapuches sus joyas
no eran simples adornos para
embellecerse, sino claves simbólicas
con profundo sentido espiritual.
Pues al heredar las joyas eran
el nexo con sus ancestros,
con los espíritus de la familia.
Hay escritos que dan cuentan
de mujeres que paseaban con unos
veinte kilos de plata colgados en el cuerpo.
Estas reproducciones las puede
encontrar en nuestra
joyería realizadas en nuestro propio taller
La joyería mapuche, hecha
mayoritariamente en plata,
simboliza el gran trabajo
realizado por este pueblo en el metal,
además del gran poderío
económico y político en los
siglos XVIII Y XIX.
Para los mapuches sus joyas
no eran simples adornos para
embellecerse, sino claves simbólicas
con profundo sentido espiritual.
Pues al heredar las joyas eran
el nexo con sus ancestros,
con los espíritus de la familia.
Hay escritos que dan cuentan
de mujeres que paseaban con unos
veinte kilos de plata colgados en el cuerpo.
Estas reproducciones las puede
encontrar en nuestra
joyería realizadas en nuestro propio taller
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